Polinucleótidos: el esperma de salmón es el nuevo inyectable para rejuvenecer

El doctor Carlos Gómez, director de la clínica que lleva su nombre, explica que «los polinucleótidos son cadenas de nucleótidos que forman parte del ADN y el ARN y se utilizan por sus propiedades regenerativas y de estimulación celular. Estos compuestos naturales han demostrado ser eficaces en la regeneración de tejidos, a la hora de estimular los fibroblastos y en la mejora de la textura y elasticidad de la piel».

Parte de su viralidad viene de que se obtienen de fuentes marinas como el esperma de salmón o de la trucha, como explica la doctora Iris González, dermatóloga de Enea Clínica. «Los polinucleótidos se obtienen de una forma natural a través de las gónadas de la trucha asalmonada. Al ser derivados de sustancias naturales, el riesgo de reacciones adversas es mínimo».

Aunque los polinucleótidos han saltado a la fama hace poco tiempo, la realidad es que se usan desde hace años en medicina para la regeneración de cartílago, hueso o córnea. «En el campo de la medicina estética es un procedimiento relativamente reciente. Sin embargo los primeros estudios sobre la aplicación de los polinucléotidos comenzaron hace más de 25 años, realizándose estudios in vitro con modelos experimentales de células humanas, posteriormente en experimentación animal y finalmente estudiándose en seres humanos para aplicaciones principalmente de medicina regenerativa, como la curación de heridas y úlceras, así como en patologías de carácter autoinmune como las osteoartritis o el liquen escleroso entre otros. Tras ponerse de manifiesto la eficacia de los mismos para estas aplicaciones médicas, finalmente han dado el salto a la medicina estética», asegura la doctora Elena Caride, especialista en medicina estética y formadora de Croma.

Para el doctor Carlos Gómez, su eficacia se base en dos aspectos: «por un lado aumentan la síntesis de colágeno para conseguir una redensificación de la piel, una disminución de las arrugas y una notable mejoría de la calidad de la piel. Por otro, aceleran el proceso de regeneración celular para mantener la piel libre de imperfecciones».

La doctora Adriana Rodríguez, médico estético de Clínicas Dorsia, explica los beneficios de los polinucleótidos para la piel:

- Tensan sin aportar volumen, por lo que la piel se ve más firme con un aspecto 100% natural.

- Hidratan en profundidad, generan colágeno, aportan elasticidad y mejoran la calidad general de la piel.

- Su efecto antioxidante lucha contra el fotoenvejecimiento, reduciendo la flacidez y líneas finas.

- Además de su efecto antiedad, también soluciona problemas cutáneos de las pieles más jóvenes como las cicatrices y el acné.

Los polinucleótidos se pueden aplicar tanto en el rostro y el cuello, como en el cuerpo. Dentro del rostro, varios expertos consultados aseguran que funcionan muy bien en el contorno de los ojos, esa zona que suele ser la primera en mostrar el cansancio y los años. En el cuerpo, se puede aplicar en manos, brazos, abdomen, rodillas y también en el cabello. Para la doctora Caride, «los polinucleótidos son un tratamiento que optimiza los procesos encargados de mantener la elasticidad, reparación, hidratación y flexibilidad de la piel, una técnica muy versátil que podemos realizar tanto a nivel facial como corporal. Personalmente, una de las zonas del rostro donde mejores resultados obtengo es en la zona periocular».

El tratamiento se aplica mediante inyecciones intradérmicas y los resultados se aprecian desde la primera sesión, aunque se aconsejan una media de 3 sesiones para el rostro, y después habría que realizar una de mantenimiento al año, para mantenerlos. Se puede usar una crema anestésica tópica para minimizar las molestias, pero es una técnica mínimamente invasiva, que permite seguir con la vida habitual. El precio del tratamiento con polinucleótidos varía según la clínica y la zona a tratar, pero según Croma las tres sesiones tendría un precio de entre 660 y 1.200 euros.

Aunque ahora todo el mundo hable de polinucleótidos, no hay que demonizar otros tratamientos estéticos como el bótox o el ácido hialurónico. De hecho, los expertos aconsejan combinar las técnicas según las necesidades individuales y los objetivos que se buscan. En este sentido, el doctor Ángel Martín, director médico de Clínica Menorca, ha creado un protocolo personalizado que combina polinucleótidos con el ácido hialurónico Profhilo Structura de Ibsa. «Mi enfoque se basa en la utilización de inyectables de última generación, como los polinucleótidos y el ácido hialurónico de alta concentración, como el Profhilo Structura, para restaurar la estructura del tejido graso. Combinados con técnicas como la Bioplastia, la Terapia Celular, los hilos tensores y los neuromoduladores, personalizo cada tratamiento según las necesidades específicas de mis pacientes. El objetivo es combatir los signos del envejecimiento, recuperar los volúmenes perdidos, hidratar profundamente la piel, estimular la producción de colágeno, restaurar el metabolismo cutáneo y eliminar la flacidez, siempre con resultados naturales y armónicos», cuenta el doctor.