Parque nacional del Serengueti: un safari que hay que vivir una vez en la vida

Tanzania es uno de los mejores países de África para realizar un safari, ver animales salvajes y disfrutar de una naturaleza impresionante. En total hay más de 20 parques nacionales en el país, pero, sin duda, uno de los más visitados y conocidos mundialmente es el parque nacional del Serengueti, con unos 350.000 visitantes al año. Situado al norte del país, este parque nacional es el único lugar donde se pueden observar millones de ñus migratorios, contemplar atardeceres del color de la miel o descubrir una de las mayores concentraciones de depredadores del mundo: actualmente, según fuentes oficiales, el parque cuenta con 7.500 hienas, 3.000 leones y 250 guepardos.

Y, aunque son los animales los que dominan las llanuras, también las tribus nómadas habitan el lugar desde hace siglos. Concretamente, una de las más famosas es la de los masáis. A pesar de la educación, la civilización y las influencias culturales occidentales, el pueblo masái se ha aferrado a su forma de vida tradicional, lo que lo convierte en un símbolo de la cultura de Tanzania y Kenia.

Otra de las razones por las que destaca este parque es por su variedad paisajística, que no se acaba nunca, y que abarca 1,5 millones de hectáreas de sabana virgen. Por supuesto, esto tiene mucho que ver con el significado de su nombre (que viene de la lengua masái) y que significa “el lugar donde la tierra se extiende eternamente”. Tan pronto este paisaje nos sorprende con ríos y suelos fértiles, como con montañas y tierras áridas. Así es el paisaje al norte de Tanzania, en la región oriental de Mara, uno de los más emocionantes del mundo.

Historia del parque nacional del Serengueti

Las llanuras del Serengueti y sus animales fueron descubiertos por exploradores y misioneros a finales del siglo XIX y principios del XX. Es uno de los parques nacionales más antiguos de África, que se estableció en el año 1940, aunque antes de eso ya se había establecido una zona de más de 2.000 kilómetros cuadrados de reserva de caza. En esa zona se permitió la caza deportiva hasta 1937, pero, posteriormente, se prohibió. Fue entonces cuando se protegió tanto el sur del Serengueti como las tierras altas de Ngorongoro. Precisamente, se situó aquí la sede del parque, cerca del cráter del Ngorongoro. Esta zona protegida, en el sur, cuenta con nueve volcanes, de los cuales solo uno de ellos está activo, el Oldoinyo Lengai. Aquí mismo también encontramos dos de los sitios más visitados de Tanzania: el cráter de Ngorongoro y la garganta de Olduvai.

Volviendo a la historia del parque nacional del Serengueti, este recibió su nombre en 1951. En 1959, el área de conservación de Ngorongoro se separó del parque y los límites se extendieron hasta la frontera con Kenia. La razón principal para la separación del área de Ngorongoro fue que los masáis se dieron cuenta de que corrían el riesgo de ser desalojados y, en consecuencia, no se les permitiría pastar a su ganado dentro de los límites del parque nacional. Para evitar que esto sucediera, se organizaron protestas y, finalmente, se llegó a un acuerdo por el cual el área del cráter del Ngorongoro se separó del parque nacional: los masáis podían vivir y pastar su ganado en el área del cráter del Ngorongoro, pero no dentro de los límites del parque nacional del Serengueti.

En 1961 se estableció la reserva nacional de Masái Mara en Kenia y, en 1965, la cuña de Lamai, entre el río Mara y la frontera con Kenia, se incorporó al parque nacional del Serengueti, creando así un corredor permanente que permite a los ñus migrar desde las llanuras del Serengueti, al sur, hasta las llanuras de Loita, al norte. La reserva de caza de Maswa se estableció en 1962 y, en 1967, se incorporó una pequeña zona al norte del río Grumeti, en el corredor occidental. El parque nacional del Serengueti fue uno de los primeros lugares propuestos como patrimonio mundial por la Unesco en la Conferencia de Estocolmo de 1972. Se estableció formalmente en 1981.

Qué ver en el parque nacional del Serengueti

Una de las primeras imágenes que sorprenden es la diversidad paisajística y los colores, que siempre emocionan al viajero. La zona norte del parque es montañosa con bosques, mientras que la parte occidental comprende zonas de sabana irregular, salpicadas de acacias y espinas silbantes. El río Grumeti es el responsable de dar vida a los bosques ribereños y, en definitiva, al paisaje. Sin embargo, la gran mayoría del parque corresponde a la sabana: praderas, llanuras, kopjes, o lo que es lo mismo, una tierra semiárida donde habitan una gran densidad de animales. Esta tierra es tan hermosa como frágil, ya que, debido al clima seco y al calor, es más propensa a sufrir incendios y deforestación. Por ello, la sabana es un paisaje dinámico capaz de transformarse rápidamente.

Obviamente si venimos hasta aquí, es atraídos por su fauna, una de las más generosas del país. En este lugar privilegiado de Tanzania es posible contemplar a los Big Five, así se conoce a los cinco grandes animales: león, rinoceronte, leopardo, elefante y búfalo africano. Este término no hace justicia al resto de los animales que también se pueden ver en el parque, como las cebras o las jirafas, pero es un concepto que se acuñó hace años refiriéndose a aquellos animales más difíciles de cazar. Por suerte, hoy en día ya no se caza sino que se fotografían, lo cual suma y mucho a su conservación.

Los bosques ribereños constituyen un hábitat único: un lugar predilecto para hipopótamos y cocodrilos. Otros animales comunes son las jirafas, las hienas, y muchos otros como el antílope eland, la cebra, el topi, el kongoni, el impala y la gacela de Grant, que residen aquí en cualquier época del año. Y lo mejor es que son fáciles de ver. Los leones están por todas partes y a menudo se los ve cazando, mientras que los guepardos son muy comunes en las llanuras del sureste, y los leopardos suelen descansar en los grandes árboles a lo largo del río Seronera.

Muchos viajeros que llegan hasta aquí deciden recorrer el parque haciendo un safari. La mayoría incluye alojamientos y guías, que explican con emoción todo acerca del parque en los clásicos 4×4. Cuando terminan, suelen ver espectaculares puestas de sol y disfrutar de cenas con cocina local en alojamientos típicos como las cabañas.

La gran migración: un momento único en el parque nacional del Serengueti

Este es uno de los mejores momentos vividos en África; cientos de fotógrafos y viajeros se desplazan cada año para poder contemplar este momento esplendoroso que regala la naturaleza. El viaje de los protagonistas de la gran migración, aproximadamente dos millones de ñus, comienza en el sur del Serengueti, con el nacimiento de medio millón de crías entre enero y marzo. Se trata de un recorrido de 800 kilómetros, que constituye la mayor migración de mamíferos del planeta.

La migración coincide con el reverdecimiento de los pastos en las llanuras durante la estación lluviosa. Estas zonas son más seguras, ya que se puede avistar fácilmente a los depredadores, lo que las convierte en un lugar ideal para el parto. Sin embargo, las llanuras se secan y los ñus se ven obligados a desplazarse en busca de pastos más verdes en el corredor occidental. Esta es la época de retirada de los ñus durante la estación seca, al menos hasta que el sur reverdece.

El resultado es un movimiento en sentido horario: sur, oeste, norte y de vuelta al sur.

Se trata, por tanto, de uno de los momentos favoritos de muchos guías experimentados del Serengueti: el aire durante estos meses rebosa de vida y acción, y es un momento especialmente bello para viajar hasta aquí.

Cuándo visitar el Serengueti

Esta es una de las dudas que se plantean en un viaje al parque: ¿cuándo es mejor visitarlo? La respuesta es bien fácil, todo el año. Tal y como explican desde el parque, dependiendo de la época del año podrás ver una u otra cosa. “El azar juega un papel importante”, explican. Si estás pensando en ver la gran migración debes saber que la manada va moviéndose rápidamente, por tanto no se puede garantizar un momento exacto en el calendario, por lo que lo mejor es planificar la visita sin demasiadas expectativas para dejarse sorprender.

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